Máster gratuito Club Taurino. El tercio de varas

Foto: Veterinarios taurinos de Andalucía

Estimado visitante de nuestra página web, especialmente si perteneces al gran colectivo de asiduos de nuestra plaza que va a los toros sólo porque es San Fermín, sigue leyendo con toda tu atención hasta el final de esta ventana y aprenderás el ABC “ del picador”, lo que los aficionados llamamos el tercio de varas.

El círculo rojo dentro del cuadrado blanco marca la región anatómica reglamentaria donde el picador debe clavar la vara. La línea semafórica amarilla señala el límite de la zona donde los puyazos producen lesiones en estructuras vasculares y nerviosas del toro. Al picador que clave la vara en zona roja se le debería quitar un punto del carnet de varear por cada pinchazo. Los centros de recuperación de puntos para varilargueros serían entonces todo un negocio…

El fundamento de picar al toro es reducirle facultades físicas como paso intermedio básico en el conjunto de su lidia. El método debe ser noble y realizado con la técnica reglamentaria. El primer paso es que el toro sea situado adecuadamente ante el picador para que éste pueda distinguirlo como un enemigo diferente. El segundo paso corresponde al picador, éste debe evitar el topetazo contra el peto mediante un puyazo firme y único mientras gira el caballo permitiendo en todo momento que el toro tenga salida por la cabeza del caballo. La vara debe clavarse sólo en el cuello del morlaco, zona anatómica donde la herida castiga sus potentes músculos cervicales sin producirle hemorragias internas. Una vez el toro ha recibido una vara, la forma en la que embiste contra el picador en los sucesivos encuentros lo definen como un toro bravo, fuerte y encastado o como lo contrario.

Se rompe el fundamento y la nobleza del tercio cuando el toro sufre un choque violento contra un enemigo que no ha visto mientras recibe puyazos continuos sin disponer de espacio para salir del encuentro. Y si además recibe la vara en el lomo, el animal sufre lesiones internas que lo pueden descomponer para el resto de la lidia.

Lamentablemente, la realidad del toreo contemporáneo es el incumplimiento del canon del arte taurino por las cuadrillas de turno. La explicación de las razones que determinan esta triste situación excede a nuestro máster de bolsillo presanferminero porque, estimado visitante de nuestra web, ya hemos llegado a los tres minutos.

Te felicitamos por haberlo concluido cum laude. En el Club Taurino somos de palabra y no te pedimos tu número de cuenta. A lo que te invitamos es a que imprimas esta ventana, la repases con el pote antes de la corrida y a que silbes con nosotros contra las barrabasadas que acostumbramos a contemplar en el tercio más espectacular de la lidia de un toro bravo.

Última lección: no te las des ahora de entendido con tus compañeros de asiento, has aprendido sólo una pequeña parte del inmenso mundo de la tauromaquia y ¡no queremos que se enturbie ninguna amistad por nuestra culpa!

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