¡Bienvenido Míster Indulto!

Negar la realidad suele ser uno de los caminos habituales que conducen al fracaso humano. La excepcionalidad del indulto de un toro bravo durante su lidia, como resultado de un comportamiento extraordinario durante todos sus tercios, ha pasado a la historia de la tauromaquia. La primera inflexión del cambio se inició sigilosamente con el siglo, de la mano de toreros del Olimpo del escalafón y en plazas de categoría inferior. La explosión del indulto en la Maestranza del año 2011 condujo al consenso indiscutible entre los aficionados de considerar a aquel pañuelo naranja como un error. Sin embargo, la realidad no se limita a la fragilidad de la mano humana de un presidente o a la nobleza del espíritu del buen aficionado. La influencia de Sevilla, plaza de primera con duende de excepción, corre empujada por imparables intereses y las aguas han vuelto a bajar naranjas por el Guadalquivir. En esta ocasión, los bellos ataques de un toro encastado y poderoso han emocionado a la mayoría de aficionados pero el evento debe ir parejo del debate correspondiente. La tauromaquia es mucho más que el modo de embestir del toro y los expertos deben ilustrarnos sobre el conjunto del comportamiento de Cobradiezmos, sobre el tipo de lidia que recibió y sobre la ponderación e idoneidad de la concesión de su indulto. Mientras tanto, la realidad que tenemos delante es la alegría expansiva de indultos mediáticos que se celebran como si fueran un gol de fútbol y que ofrecen lecturas cristalinas sobre el mañana de la fiesta de los toros. Tal como en la histórica película de Berlanga, “¡Bienvenido Mr.Marshall!”, los actores y los comerciantes del mundo del toro saludan efusivamente la llegada del poderoso magnate señor Indulto.

¿Y qué hacemos en nuestra querida Pamplona? En el siglo XIX se indultaron tres toros en la plaza vieja (1). De acuerdo al criterio de excepcionalidad, nuestros antepasados acertaron. En el siglo XX no se indultó a ninguno en lo que, probablemente, ha sido un error histórico porque de esta manera no se ha cultivado en la población el fundamento de este suceso. ¿ Seguiremos los irunshemes ajenos a este fenómeno contemporáneo? En los últimos años, desde nuestro Club Taurino se ha realizado copiosa tarea divulgativa para el buen conocimiento de la eventualidad del indulto de un toro de lidia. Una tarea que no debe interrumpirse.
El indulto y las barbas están de moda en nuestros tiempos. La prudencia y el buen seso mandan que pongamos las de la Feria del Toro a remojar. En Sevilla, ya se las han pelado.

Carlos Chérrez

1. Fuente: Pamplona y Toros. Siglo XIX.     Koldo Larrea  

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