Harto está uno a pregonar y decir que el peligro de la Fiesta no son los antitaurinos, ni los políticos. De decir que está en un importante sector de los profesionales, encabezados por la empresa y varias figuras. Ellos son lo que de verdad han ido con el paso cambiado; la empresa convertida en un‘sistema’ que funciona con modos pocos limpios y alejados de la visión de futuro. Y las mencionadas figuras (El Juli, Morante y Talavante, sobre todo) al vivir de espaldas a una realidad y no pensar jamás en un público que los mantiene con el dinero de sus entradas y los motiva con las palmas de su pasión.
Ahora acaban de salir los carteles de Hogueras de Alicante y directamente dan ganas de tirarlos a la basura ante la falta de imaginación y una constante repetición de nombres. Como el de Rivera Ordóñez (el nombre de Paquirri , con el que ahora se anuncia merece más respeto) que clama de verdad al cielo y es un atentado para los nuevos valores. Pero sobre todo porque la feria de Alicante-2015 no motiva. Ni tiene gancho que pueda entusiasmar más, porque no es más que una nueva carta del sistema caduco que manda/destruye la Fiesta, lejos de abrir paso a gente innovadora, con ideas frescas y que ilusionen a los públicos.
Sin embargo en Alicante, confeccionada de espaldas a la exigencia de la afición, tampoco falla esa pareja de novilleros inventada por el ’sistema’, como es la formada por Varea y Ginés Marín, quienes sin logran ningún triunfo redondo en plaza de postín tantas puertas están cerrando a nuevos valores. Una pareja inventada por tres empresarios adscritos al llamado ’sistema’, (o lo que es igual lo que se está cargando la Tauromaquia por su mal hacer y pensar únicamente en su bolsillo) como Santiago López (apoderado de Varea) y el dúo Casas-Cutiño (que dirigen a Ginés Marín). Y ojo, que la pareja torero tiene interés, más Marín, que el pasado año dejó la esencia de su calidad en muchas plazas. Pero eso no justifica que estén cerrando la ilusión a tantas promesas por haberlos inflado sin tener razones para ellos de interés general.
Porque no son Jumillano y Pedrés, ni El Litri y Aparicio, ni Manzanares y Galloso, ni Capea yRobles, ni Caballero o Pedrito de Portugal. Son dos productos hechos por el ’sistema’ para que unos comisionistas que los apoderan compinchados con las empresas afines (Matilla y cía, por ejemplo). O lo que s igual, mercantilistas que hunden la Fiesta y aunque se canten sus buenas obras, detrás de su gestión queda mucho tufo a podredumbre. Sí, detrás de las gestiones de Santiago López, Casas y Cutiño, quienes han creado un trust con esta dúo novilleril hecho desde el interés y nunca desde la verdadera igualdad. Ocurre en muchas plazas que torean, caso de Valladolid, donde comparece Varea para tapar huecos a toreros de la zona. Porque ninguno de los dos –y ojo que no critico su hacer sobre la arena- tiene adornado su currículum por los triunfos contundentes que movilizan a los masas, de los que se logran en Sevilla, Madrid, Bilbao.
Por eso caen balas de acero contra muchos de los novilleros que ven tapadas sus puertas. Que sufren la injusticia de ver siempre a los mismos en los carteles. Como ocurre actualmente con Varea yMarín, quienes se anuncian juntos o como mucho con la novedad del lugar en el que torean, como ha ocurrido hasta ahora. Por eso Varea y Marin en San Isidro deben justificar su situación de privilegio creada desde el despecho con contundentes triunfos. No con vueltas u orejitas; no, lo suyo debe ser explosivo para callar bocas. Porque en caso contrario dejan, otra vez más, con el culo al aire a los comisionistas que manejan su batuta y hunde el toreo.
De todas formas ojalá que San Isidro (feria en la que no dan las cara porque ya tienen la temporada hecha a golpe de despacho) ponga orden y surjan nuevas ilusiones novilleriles para que traigan la competencia deseada. Porque la competencia es lo que le da grandeza al toreo, no el enchufismo o tratar de crear ídolos desde el despacho y inflarlos desde el compincheo de las empresas amigas.
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Fotografía. Heraldo