Ayer día 8 de septiembre, tuve la enorme suerte de ver la primera corrida de la feria de Albacete, inicio de feria taurina. Corridón de La Quinta, los toros santacolomeños de Conradi, serios y muy ofensivos de cara, con trapío y remate, no solo se quedaron en fachada, pues hubo varios de nota alta, excelentemente presentados (la mayoría, muy serios y en tipo), y de encastado, interesante y variado juego. El 1º listo, exigente, complicado y peligroso; 2º, noble y distraido en los finales; 3º encastado y muy completo, de gran juego en el último tercio; 4º falto de recorrido y transmisión; 5º con movilidad y nobleza pero poca transmisión; 6º, muy bravo en el caballo, con movilidad y a media altura en la muleta. Un encierro en el que no salió ningún toro tonto y sí alguno de una listeza infinita, pero también algunos pusieron en bandeja el triunfo de los actuantes que no la lograron del todo pues bajo mi punto de vista se limitaron a la exhibir la tauromaquia moderna falta de profundidad y dominio, todos por debajo de los toros.
No obstante el espectáculo de ayer fueron los toros, al margen de las orejas que se cortaran, creo que al menos tres de ellos eran de dos orejas, pero no se concedieron porque como he dicho antes estuvieron muy por encima de los toreros (bien por el presidente del festejo).
Como se ve en el título, el mismo que mi último artículo, viendo toros como los de ayer en Albacete, creo que se refuerza la idea de que existe el toro encastado, bravo, con clase y que transmite emoción a los tendidos, ese toro que hoy en día hace mucha falta y los aficionados demandamos.
Desde estas líneas mi enhorabuena a D. Álvaro Martínez Conradi.
Josetxo Gimeno
(Foto: porelpitonderecho.com)