Aquellos curas de la infancia, de sotana y sombrero de teja, decían que las llamas del infierno eran perpetuas, para la eternidad. Y que todo aquel pecador acabaría su vida abrasándose entre la humillación del diablo. Allá, en el brasero del descrédito acabará, ante los ojos de todos, este ‘sistema’ que tanto daño ha hecho al toreo. Aunque cierto es que a ‘sistema’ el descredito y la misma Fiesta lo trae al pairo, porque verdaderamente lo que le interesa es el dinero de las comisiones. Jamás el fomento de la Tauromaquia, la preocupación del aficionado, fomentar las novilladas, lidiar toros con emoción…
Ese ‘sistema’ que tiene a la Casa Matilla como una de las principales figuras de su escaparate no deja de seguir tambaleando al mundo del toreo, de provocar heridas por las que sangra su grandeza y por las que continúan desertando aficionados hartos de la falta de emoción y las injusticias. La última del ‘enmatillamiento’ se llama Alejandro Talavante, ni más ni menos que un grandioso torero. Una figura del toreo que está marcando una época, un torero que cautiva y llena, que además tiene ganado un sitio de postín en los mejores carteles. Se lo ha ganado con su arte, su creatividad y su esencia… Sin embargo la ruptura con la Casa Matilla lo ha convertido en un mártir. Mártir por la venganza al dejarlo relegado de gran parte de los ferias agosteñas y de la vendimia septiembrina, que ven excluido su nombre de los carteles, por imposición de Matilla.
Nada nuevo bajo el sol en estos taurinos charro que jamás fomentaron la Fiesta y sí su cartera, quienes han dejado tantas víctimas en las cunetas de su gestión y han arruinado tantas plazas por las pésimas programaciones. Aún así no faltan taurinos que los alaban y hasta manifiestan que son muy listos. Ya se sabe que en el toreo a quienes más daño hacen les suelen elogiar en sus filas y ponerle los simbólicos galones del peloteo. Pero los Matilla no han sido listos, por muchos que los alaben desde dentro. No lo han sido porque, aunque hayan ganado mucho dinero, comprado fincas y ganaderías –por cierto con el descaste de sus toros como bandera-, en su currículum quedará el tremendo daño que han hecho en la Tauromaquia.
Ocurre ahora con Talavante, quien es ahora mismo un ejemplo para dar fe de tantas injusticias como reinan en el toreo. Talavante, además, ha triunfado en todas las ferias y ganado por méritos propias la salida en hombros, entre ellas la de Madrid, donde el último San Isidro fue la única figura en alcanzar tal gesta. Y lo que han hecho con él no tiene nombre. ¿Se imaginan que un equipo campeón al año siguiente no disputa la competición por la mafia deportiva? Verdad que no, pues en los toros es al revés y más cuando está manipulado por unas formas tan semejantes a los bajos fondos. Y es que con este ‘sistema’ que maneja los hilos del toreo a la Fiesta no le hacen faltan enemigos, están dentro. En casa. De ahí quedan un montón de preguntas en el aire. ¿Porque hasta cuándo habrá que aguantar a demostrados antis sujetando la sartén del toreo? ¿Y la Fundación no interviene en casos tan humillantes? En fín…
- Artículo publicado por Paco Cañamero en «Glorieta Digital»