En el Club Taurino compartimos las condolencias generalizadas del mundo del toro navarro, y del universal también, en el tiempo del adiós de un gran torero y de una gran persona.
Nuestro compañero Jaime Esparza escribía estas líneas en el artículo que ha dedicado a los dobladores en la revista del Club de este año:
« En 1973 se incorpora al equipo Antonio Robles Arriaga “El Sevilla”. Nacido en el barrio de San Bernardo de Sevilla en 1937, a los 8 años se traslada a vivir a Viana (Navarra) de donde era natural su madre y donde tendrá desde entonces su residencia. Antonio, muy conocido por la afición taurina de toda España, es sin duda uno de los toreros que más ha toreado a lo largo de su carrera y posiblemente, si sumamos sus actuaciones como novillero, subalterno y doblador, sea el que más».
Sobre la figura de “El Sevilla”, recomendamos la relectura de este artículo antiguo de Pedro Mari Azofra que está disponible en la Red:
https://www.elcorreo.com/vizcaya/20071029/la-rioja/sevilla-torero-ebro-20071029.html
Asimismo, la reseña de Koldo Larrea en su blog Toros en Navarra:
http://torosennavarra.com/fallece-el-banderillero-antonio-robles-el-sevilla-a-los-84-anos/
La estampa de Antonio Robles recogiendo con su capote a los toros sueltos del encierro es inolvidable para los que lo hemos vivido. El doblador es la personificación del orden en el caos del encierro y su labor durante tantos años fue impagable. Esperaba la entrada de los toros muy cerca del callejón, intentando ordenar hacer el abanico a los mozos, labor casi siempre imposible. En mañanas especialmente difíciles, llegaba a salir de la plaza para conducir a toros parados. En el cartel de fiestas de 1977, su estirada e inconfundible estampa quedó inmortalizada, entrando con el capote en una mano entre los corredores delante de un toro suelto. Eran encierros muy diferentes y mucho mejores que los de hoy.
En el final de la última carrera y con nuestros mejores recuerdos, descanse en paz.