Iván Fandiño por fin abrió la Puerta Grande de Las Ventas. Se le veía muy concentrado y cargado de responsabilidad antes del paseíllo en la sexta tarde de San Isidro dispuesto a salir a hombros o por la puerta de la enfermería. Le esperaba una corrida de Parladé que derrocho acometividad y duración, y con las dificultades que suelen presentar los toros bravos de verdad, y les plantó cara a los dos toros que le tocaron en el sorteo en sendas faenas valientes y generosas como es su manera de entender el torero. Con la espada, como casi siempre, un cañón. Ya desde el primer al último muletazo parecía intuir lo que vino después, Fandiño siempre ha sido un torero de Las Ventas, pero con la corrida de Parladé a despejado cualquier duda sobre su condición de figura del toreo.
Fandiño con el sacrificio que ha demostrado durante varios años ha tenido la recompensa que merecía, se podrá torear mejor, pero con más verdad lo dudo. La de Parladé ha sido una gran corrida de toros, brava y difícil en ocasiones, para toreros con corazón de las que obligan a un torero dar su auténtica dimensión. Iván ha puesto el listón muy alto para los que vengan después.
Josetxo Gimeno Argain



Como vemos Pamplona tuvo mucho que ver con esta arriesgada suerte que desempolvo Galán, le siguio Gomez Escorial y en Madrid la ejecuto Fandiño.