¿Cuántas orejas se cortaron?
Valencia, 19 de Marzo:
Toros de Garcigrande y Domingo Hernandez:Muy desiguales de presentación, destaco un buen cuarto.
Finito de Cordoba: de burdeos y oro. Tres pinchazos y media estocada caída. Dos avisos (silencio). Estocada desprendida (una oreja).
Morante de la Puebla: de mandarina y oro. Cuatro pinchazos (silencio). Tres pinchazos y estocada. Un aviso (saludos).
Julian López «El Juli»: de cardenal y oro. Estocada (dos orejas). Estocada (saludos).
José Mari Manzanares: de cardenal y oro. Estocada. Un aviso (una oreja). Pinchazo, media estocada y dos descabellos (ovación).
Personalmente no me importa cuántas orejas se cortaran en el último festejo de la feria de fallas, “la corrida monstruo” como la denominaron, hizo honor a ese apelativo y en el recuerdo me quedará que tuve la oportunidad de poderla ver en la gran pantalla que tenemos en nuestro club, que se quedo pequeña para plasmar la cantidad de arte que pudimos gozar todos los que allí nos reunimos.
Vamos por orden de antigüedad:
Finito de Córdoba firmo en el quinto un puñado de carteles de toros, torerísimo, tanto por la derecha como por la izquierda, en todo lo que hizo tuvo verdad y entrega, preciosos los ayudados por bajo antes de cerrar con una buena estocada, sensibilidad y gusto para torear que está al alcance de pocos, Grande Finito.
Morante, después de lo que le vimos hacer el pasado día 15 con el capote, parecía que lo habíamos visto todo, cuan equivocados estábamos, lo que hizo en el sexto de la tarde solo lo voy a resumir en una palabra y con mayúsculas “INENARRABLE», siete verónicas, majestuosas, a cámara lenta, no se puede torear más despacio. Morante con el mentón en el pecho y el corazón en cada una de ellas. Después un quite con el mismo regusto, el Juli aprovecho su turno para dejarnos un quite también por hondas verónicas que abrocho con una media extraordinaria enroscándose en el capote. Replicó el de La Puebla con una lección magistral de cómo se debe hacer un quite por tafalleras, y la plaza en pie. Con la muleta nos volvió a dar una lección de torería en su comienzo por alto y primeras series con la derecha de un porte magistral, siguiendo con izquierda en unos naturales de soberbia factura, el toro se vino abajo pero los pases uno a uno siguieron fluyendo de la muleta de Morante con su arte, hoy en día único, auténticos carteles de toros.
El Juli con el tercero de la tarde y primero de su lote, firmo una faena de las que nos tiene acostumbrados, poderío, temple, y muleta baja a un toro que se venía de lejos , muleta adelantada, toro enganchado por abajo y vaciando la embestida muy atrás. Los pases en redondo de verdad, pareció que el toro se rajaba, pero dentro del tercio se invento unos circulares por la espalda que hicieron levantarse a los espectadores. Se tiro como es habitual en él, y hasta los gavilanes.
Manzanares recibió al cuarto con unas que tuvieron un gusto muy torero, como él sabe darlas. Basó su faena por el pitón derecho, en redondo de verdad. La faena se sostuvo por la ligazón y el empuje del torero al final de la faena. Se sintió Manzanares, se notaba que estaba a gusto en la cara del toro, nos deleito con una faena llena de poder y suavidad, diría que muy buena. En el octavo que no tuvo ni el ritmo ni la entrega del cuarto anduvo listo para aprovechar lo que el animal llevaba dentro, pero falló con los aceros.
Los toros son emoción y eso es lo que se vivió el 19 de marzo en la plaza de toros de Valencia, y además vimos arte en la arena, arte con mayúsculas, esto sí hace afición. ¿Cuántas orejas se cortaron? La verdad es que no me importa…….
Fotos: de la revista Aplausos.