La señora Itziar Gómez, concejala de la ciudad de Pamplona acaba de llegar al colmo de la insulsa estupidez de quien, por desconocimiento de su trabajo y por muchas ignorancias más, se llena la boca de espuma anti y toma la decisión porque puede hacer algo por estar en el cargo, sin llegar a pensar lo que está haciendo, más allá de ver solo una rabia antitaurina porque la lleva encima,o alguien le comió la oreja.
Este es el resumen final que se me viene a la cabeza al conocer anoche que la concejala de Geroa Bai en el Ayuntamiento de Pamplona, encargada del área de protección ciudadana, ha tomado la decisión de retirar la cabeza de Vaporoso, toro de la afamada ganadería de Jandilla, de las oficinas de la policía municipal en la calle Monasterio de Irache, donde se encontraba antes del despacho del director del área.
Recuerdo aquel día. No como si fuera ayer, pero tengo muchos motivos para recordarlo. El primero porque conocí la camada en Don Tello la primavera anterior, y me encandilaron varios de ellos. En segundo lugar porque aquel año debutó el hijo del amigo «Cuchara», el gran subalterno Luis Mariscal. De nombre Salvador Cortés, en su alternativa en La Maestranza en la Feria del Abril cortó dos orejas a un toro de Núñez del Cuvillo y abrió la Puerta del Príncipe. No pudo ser de la partida en Sanfermines a pesar de que Juan Ignacio Ganuza hizo lo indecible para ello, pero la desgracia de Eduardo Gallo en León le brindó la oportunidad al de Mairena de entrar en el cartel del 11 de julio con dos figuras del momento, Manuel Jesús El Cid y César Jiménez. Y en tercer lugar porque me tocó hacer aquel encierro para la cadena Cope y fue de aúpa, de los de nunca olvidar. Como le ha pasado a la casa Jandilla en varias ocasiones en las fiestas de la Vieja Iruña.
Aquel día hubo noventa heridos en ese encierro. ¡Noventa! Cuatro heridos por asta de toro, entre cinco y quince centímetros empitonados por el toro Vaporoso los cuatro damnificados. Duró cinco minutos y casi cuarenta segundos.
Hasta ahí todo podría estar hasta bien. Son datos. Podríamos nombrar al sexteto de la casa. Comentar que algunos nacieron en los nuevos dominios del criador, que ya había cambiado Vejer de la Frontera por Mérida años atrás. Como decir que a la tarde un hermano de Vaporoso fue el Carriquiri de aquel año. El hermoso burraco de nombre Regidor lidiado por el chico de Mariscal que fue triunfador de la feria de aquel año. Insisto, son datos. Y solo por esto qué tiene que ver que la concejala sea ignorante o falle en su trabajo, se pueden preguntar.
Vaporoso salió retrasado y se quedó desde Santo Domingo a su aire. Pasada la manada por Mercaderes gente se quedó en medio pensando que el susto había pasado. Pero no. El negro burel aún no había llegado, y fue un sargento de la policia municipal, en funciones de su trabajo quien se jugó la vida, saltó a quitarles y se llevó la primera cornada de Vaporoso esa mañana dando grandeza al cuerpo local por ir más allá de lo que se exige por realizarlas. Sólo por ese acto, ese toro puesto en los locales de la policia municipal debe honor y gloria a un personal que cada Sanfermines se dejan la piel porque Pamplona no se derrumbe en mil pedazos arrasada por todo lo que nos llega. Que muchas veces es gentuza en manada. Y por eso señora concejala, Vd. está haciendo dejación de sus funciones laborales.
Vaporoso fue la gota que colmó el vaso de la desesperación en las oficinas del área de protección ciudadana. Ya el año anterior el encierro de la casa Jandilla había sido terrible con Trigueño dejando el culo del divino Madina como el mapa de carreteras de Madrid. Y desde alcaldía se rogaba aliviar la situación. El encierro había cambiado. La gente de fuera con sus vistosas camisetas corrían de otra manera y el evento podía morir de éxito. Algo espontáneo y milenario estaba en peligro y Vaporoso accionó la mecha del cambio. La mesa del encierro ,los productos, la limpieza, las charlas por la geografía española explicando cómo correr en tan explosivo acto y demás actuaciones largas de enumerar han salido adelante gracias al toro que el 11 de julio causó terror. Y cuando uno entraba en las oficinas y veía a Vaporoso, Negro, 550 Kg. Nº 102 lidiado el 11/07/2005 en quinto lugar por el diestro César Jiménez recordaba porqué estaba allí intentando que la situación mejorara. Todo un arduo trabajo para que en el ciclo en que esta señora está a cargo del área que vigila que no reviente la ciudad esos días de julio, los encierros se midan por ver quien bate el récord de tiempo, que haya la velocidad que hay y que no veamos lo que vimos desde primeros de los noventa hasta ese año y poco más. Y eso, concejala Gómez, es total ignorancia y desconocimiento del trabajo que realizó, ha realizado y realiza el área que el alcalde Asirón le ha asignado. Y Vaporoso estaba ahí para recordarlo. Y si lo sabe aún es peor, porque entonces es rabia antitaurina. Y si es así, y no reintegra el toro a su lugar, sepa que desde aquí vamos a luchar porque Vd. deje ese servicio porque no nos está representando ni a nosotros, ni a la ciudad que tiene el encierro como emblema, enseña y acto universal.
Nos vemos por las calles
Patxi Arrizabalaga