-
La sensación de perspectiva y profundidad lograda por Velázquez en “Las meninas” resulta difícil de explicar. Sólo se alcanzar a comprender la maestría del sevillano en El Prado frente al cuadro. De igual forma, es imposible narrar con palabras la hondura y sentimiento del toreo de Diego Urdiales en Logroño a quienes no hayan estado en La Ribera. El número de orejas, seis, y las dos puertas grandes son simples datos estadísticos que supongo se manejan en los despachos. En el ruedo lo importante es el valor, sentimiento, clase, maestría, y personalidad de un matador diferente del resto. El último clásico. Sus naturales son obras de arte inmateriales e irrepetibles y en Logroño tenemos para llenar el Prado varias veces. Rotundo con la espada sólo les puedo decir que si tienen oportunidad de verlo torear no lo duden y vayan. Torero único, como todos los grandes es humilde, y sólo así se explica la sencillez con que brindó uno de sus toros a Curro Romero, quien cambió Sevilla por Logroño para paladear el toreo de mi paisano.
Afortunadamente Diego Urdiales no estuvo sólo y el día 23 encontró un rival a su altura en el francés Sebastian Castella. Duelo titánico, el francés no retrocedió ni un centímetro en su combate con el de Arnedo, ni siquiera cuando el sexto de la tarde, tras una fea voltereta le rompió la taleguilla. Cuatro orejas y puerta grande. El combate Urdiales-Castella alcanzó cuotas de emoción pocas veces vista en La Ribera debido a dos motivos muy claros, en el ruedo estaban dos valientes, y por primera vez en todo el ciclo mateo hubo toros. Fuente Ymbro ha sido la única ganadería que ha aprobado su examen en Logroño, y con nota. El resto no sólo no es que hayan suspendido, es que algunas deberían estar vetadas, por ejemplo Zalduendo. El mayor argumento que pueden esgrimir los antitaurinos es que se sigan acartelando la ganadería de Zalduendo y similares. Si las llamadas “figuras” se acompañan de este tipo de hierros por mí se queden en casa. Sobran. Una corrida de toros debe emocionar, y para eso se necesita un animal bravo en el ruedo. Sin toro no hay nada. Si Morante o El Juli no están de acuerdo pueden quedarse en casa.
El hambre de triunfo que no mostró Manzanares, se paseó por Logroño como un alma en pena, si la tuvieron los recién llegados como Garrido o Roca Rey. Merecen volver y tiene derecho a evolucionar. Fijar su concepto. Necesitan oportunidades y su inclusión en ferias. Valor y técnica tienen. Sólo les falta madurar.
En cuanto al rejoneo, Hermoso de Mendoza sigue siendo el rey y nadie parece amenazar su trono. Se buscan nobles dispuestos a dar un golpe de estado en cualquier plaza y derrocar al monarca navarro.
La pasada feria matea también ha dejado datos para la reflexión. Los picadores deben estar preocupados. De seguir así en breve acabaran en la cola del INEM. Han desparecido profesiones como la de sereno o afilador. La de picador puede ser la siguiente en la lista.
Hace diez años era imposible acercarse al coso de La Ribera en coche. Estos días se podía aparcar. Los agentes de la policía local ya no necesitan cortar el tráfico rodado. Ningún día se han superado los tres cuartos y la entrada registrada el domingo veinte fue sonrójante. Algo falla e ignorar la realidad no es la solución. A mayores, el nivel de exigencia también ha descendido.
Quiero despedirme, no obstante, con un canto de esperanza. A semejanza de Homero, que inmortalizó el combate entre Héctor y Aquiles frente a las murallas de Troya, este invierno, con un Rioja en la mano, en la calle Laurel recordaremos una y otra vez el glorioso desafío Urdiales-Castella.
Alejandro Lerena
Presidente Peña El Quite
Foto: el mundo