LA IZQUIERDA Y EL TOREO

Rafael Alberti,  Federico García Lorca o Miguel Hernández son solo unos pocos nombres, dentro de los muchos existentes,  aficionados a la Tauromaquia. Pero si a esa afición le añadimos su ideología política de izquierda, a muchos, al menos en la actualidad, les puede parecer raro o incluso contrario a lo que hoy manifiestan los diferentes partidos de este sector. Ignorados y olvidados por la izquierda, así ocurre actualmente con aquellos personajes vinculados a la fiesta de los toros, traicionando a la historia y traicionándose ellos mismos.

El genial poeta del Puerto de Santa María difícilmente hubiera podido entender su vida sin la fiesta, de la que era un loco enfervorecido, y tampoco la podría entender sin sus ideas políticas, las mismas que le llevaron al exilio por luchar y defender la libertad, las que a su regreso, y recién restablecida la democracia en nuestro país, le hicieron ser diputado por el PCE. Alberti siempre se sintió taurino, incluso se llegó a vestir de luces en la feria de Pontevedra; siempre tuvo esa ilusión que su amigo Ignacio Sánchez Mejías le concedió aquella tarde. Su poema a Joselito “El Gallo”, escrito a petición de Ignacio, es uno de los más elocuentes de la poesía taurina.

Taurino fue también otro genio, Federico García Lorca, cruel y cobardemente asesinado junto a un maestro y dos banderilleros de la CNT. La localidad granadina de Viznar viste de luto desde entonces, como de luto vistió antes el propio Lorca tras la muerte de su amigo Ignacio Sánchez Mejías en la plaza manchega de Manzanares. El granadino compuso cuatro elegías para su gran amigo: “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”. Está considerada  para muchos la mejor elegía en nuestra lengua desde las Coplas de Jorge Manrique, su obra más completa. El mismo García Lorca que dijo sobre el toreo que era la fiesta más culta del mundo; la mayor riqueza poética y vital de España. Parece que esas palabras la izquierda no quiere recordarlas.

Por otro lado tenemos a Miguel Hernández, popular y cariñosamente llamado el cabrero de Orihuela. Su poesía es inmortal como también lo era su afición. La imponente y magnífica obra del Cossío lleva su sello imborrable, los primeros tomos están escritos por él.

Partidos políticos muy vinculados históricamente a la fiesta como PSOE O PCE, olvidan e incluso reniegan del arte del toreo. Es triste ver como borran la historia de un plumazo y politizan la tauromaquia con decisiones y gestos de este tipo. De la misma manera no es menos triste el oportunismo del PP, quienes ahora se cuelgan medallas y van de defensores de la fiesta cuando esto nunca ha sido así, sino todo lo contrario. Ellos también aprobaron junto al PSOE la ley que prohibía televisar espectáculos taurinos por cadenas públicas, que no se les olvide.

Toreros socialistas ha habido y hay muchos, y a la memoria se me vienen los dos Joselitos, distantes en el tiempo pero con idénticas ideologías. Bien es cierto que el torero sevillano no se pronunció tan abiertamente como el madrileño, pero sus gestos le delataban. José Gómez Ortega, conocido como “Joselito” o “Joselito El Gallo”, pasará a la historia no solo por ser uno de los toreros más grandes de la historia de la tauromaquia en la llamada Edad de Oro del toreo, o por su rivalidad y a la vez amistad con Juan Belmonte. El monstruo de Gelves luchó porque todo el mundo pudiese ir a los toros, independientemente de su condición social, de ahí su impulso para la construcción de plazas monumentales, como Las Ventas de Madrid. Fue una pena que él, uno de los principales promotores, no pudiera verla acabada  porque “Bailaor” se cruzó en su camino aquella tarde de mayo en Talavera de la Reina. Tan solo tenía 25 años. Era un torero comprometido y con unos ideales y principios firmes, hay que recordar que tuvo que luchar contra la alta sociedad ya que Joselito era de raza gitana. Incluso en su muerte siguió dando que hablar ya que muchos se negaron a que el sepelio fuese en la catedral de Sevilla, esa alta sociedad contra la que tanto luchó no le perdonaría ser gitano ni una vez muerto. Les iba a dar igual, Joselito era el torero del pueblo, hasta la Macarena fue vestida de luto por vez primera en la historia en su honor.

Otros toreros se han inclinado también por la izquierda, como el toledano Gregorio Sánchez que siempre dejó muy claro cuáles eran sus ideas. Su padre fue asesinado por el ejército franquista durante la Guerra Civil. Pero entre todos estos nombres no me quiero olvidar de Antonio Chenel “Antoñete”, fallecido hace apenas 2 años (2011) y torero de izquierdas tanto ideológicamente como toreando, sus naturales permanecerán eternos. El torero madrileño del mechón blanco siempre se sintió identificado con el PSOE, siempre dijo que este era su partido, él provenía de una familia de izquierdas. Este partido se olvidó de él en su muerte, ni un simple gesto de agradecimiento pudo verse en su despedida, tanto de los actuales dirigentes como de los anteriores, aquellos que en la época triunfal de Antoñete presumían de torero tirándose fotos con él. La memoria es muy frágil cuando nos interesa o conviene.

Se puede intentar ocultar, pero es prácticamente imposible borrar la unión que representan la tauromaquia y la izquierda en la historia de España. Indalecio Prieto fue otro gran aficionado. En el exilio mexicano iba a saludar a los toreros españoles siempre que podía , especialmente a Manolete. Le unía una gran amistad y admiración con el cordobés, tanto era así que en una ocasión llegó a decir que “desde Hernán Cortés, Manolete ha sido el único que ha hecho algo importante en México”. Sí, esa frase no la dijo ningún dirigente derechista, fue pronunciada por un socialista. Juan Negrín o el general Miaja fueron otros grandes taurinos, sin olvidar a todo un sindicalista como Melchor Rodríguez, quien fue novillero en su juventud.

El Ché Guevara fue otro de los históricos personajes de la izquierda que disfrutó de una tarde de toros. Corría el año 1959 cuando visitó nuestro país sin dejar pasar la oportunidad de conocer de cerca la fiesta. Famosa es su foto en la barrera del viejo coso de Vista Alegre en Madrid, donde acudió invitado por los hermanos Dominguín.

El PCE es otro partido que se ha olvidado totalmente de la fiesta, hasta el punto de renegar por completo de ella. Se olvida de su pasado, de aquellos toreros “rojos” que lucharon, defendieron y mantuvieron este partido durante el régimen franquista. Y es que los hermanos Dominguín, Pepe y Domingo exactamente, aparte de invitar al “Che” a los toros dieron dinero al PCE para que este pudiera sobrevivir en la clandestinidad.  Una clandestinidad entre comillas ya que Franco conocía de las ideologías políticas de los Dominguín, a excepción del peculiar e inigualable Luis Miguel, más cercano al régimen al menos aparentemente.

Muy conocida es la anécdota entre Franco y Luis Miguel Dominguín vivida en una cacería. En un momento de pausa entre los participantes el dictador se acercó al diestro y le preguntó: me he enterado que entre tus hermanos tenéis un comunista, ¿quién de los tres es? A lo que el irrepetible torero del barrio de San Bernardo contestó con total naturalidad: los tres excelencia, los tres. Personaje peculiar donde los haya sin duda alguna. Hoy su hijo – Miguel Bosé –  es un gran aficionado a los toros que junto con Joaquín Sabina y Joan Manel Serrat se le ha podido ver por las plazas en más de una ocasión. Todos sabemos de sobra cuales son los ideales políticos de los tres, no hace falta mencionarlos.

Ya nadie recuerda en el PCE el que fuera llamado “sábado rojo”, bautizado con este nombre por caer en Sábado Santo y coincidir con su legalización un 9 de abril de 1977. Ese día, muchos toreros en diferentes corridas no cobraron nada para recaudar fondos a dicho partido. Dicen que en la vida es de bien nacido ser agradecido. El PCE no lo está siendo con la tauromaquia. Se olvidan de José Luis Parada, torero oficial del partido que tantas y tantas tardes hizo el paseíllo con el puño en alto.

Y mención especial merece el actual estandarte de la fiesta, José Tomás. El de Galapagar ya dejo entrever sus ideales cuando en una corrida en Madrid no brindó un toro al Rey, algo que sí hicieron el resto de sus compañeros de terna. Nunca se ha pronunciado públicamente pero a su manera siempre ha mostrado guiños hacia la izquierda, ya sea de una forma o de otra. De él se dice que también es ateo, que solo cree en sí mismo. Por el momento no sabemos si es verdad o no, nunca ha salido a confirmarlo, pero tampoco a desmentirlo.

La fiesta de los toros no es de izquierdas ni de derechas, no entiende de ideología política alguna. España es un país de estereotipos, en su mayoría equivocados. No está bien apropiarse de algo aprovechando el oportunismo provocado por otros, pero tampoco es correcto olvidar y renegar de hechos y personajes que permanecerán eternamente en el tiempo. La historia debe contarse tal y como es. La “izquierda” de nuestro país debería volver a ser lo que era. Solo entonces desaparecerán las comillas.

(Articulo publicado por  David Pérez Ballesteros el  27 de Marzo de 2014 en:  ricksmagazine.com)

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