Curioso es que se pierdan los banderilleros veteranos ante un toro más «cómodo»
El toro es lo más importante en el toreo. La fiesta es una fiesta de riesgo. El toro que sale ahora no es lo suficientemente peligroso y complicado. Antes, parábamos los banderilleros mejores a los toros de salida. Ahora el toro ha bajado de raza, yo echo de menos la raza del toro de antaño.
Hablemos de su faceta de presidente de la Unión
Estuve muchos años, casi veinte. Estaba considerado figura con Salcedo, Parrita… y nos preocupábamos todos en que si cobrábamos ochenta mil pesetas con Palomo o Manzanares, te pongo un ejemplo, y otros cobraban veinte mil, en bajarnos el caché para que ellos cobraran menos. Nos comprometimos todos a bajar. La Seguridad Social nos bajamos, la directiva y yo, para que otros tuvieran más en la suya.
Hicimos en ese momento lo que hay que hacer cuando se tiene clase en la vida. Nos sentimos satisfechos y respetados por los empresarios de la época. Había una gran conexión, sinceridad, todo funcionaba de maravilla. Antes, cualquiera no podía ser banderilleros porque hacíamos exámenes. Ahora ves como banderillero a camareros, recortadores…
Esa labor, ¿le conllevó problemas?
A mí me criticó mucha gente. Chopera decía que no fuera tonto, que clasificación libre. Yo quería que mis compañeros, los que no gozaban de mi categoría, que ganaran para vivir.
Mi directiva y yo hemos sido alabados por esta lucha, eso me pone muy ancho.
¿Algo impensable ahora?
Sí, ha cambiado todo. Hay mucho egoísmo y cualquiera es banderillero. No hay seriedad y hemos pasado de los 2500 de mi época a casi 10000.
Ahora fenomenal. Cualquiera con 370 corridas se asegura unos 700 euros y si sobrepasa, puede llegar a los 2000.
Yo estaba a favor de reducir el peto. Salcedo era picador y tenía una cuadra de caballos, no quería. No se puede poner una muralla a un toro. Lo consiguieron ellos, conmigo en contra, y sigue lo mismo. El toro tiene que tener cojones pero no puede pelear contra un muro.
No, lo acotábamos para que no existiera. Les prohibíamos hasta torear. Multado el matador y el banderillero debía decir la verdad. Si decían que el matador les llevaba por el túnel no valía, era culpa suya. Estaba todo supervisado. No es justo cobrar 300 cuando se debe cobrar 700.
Sí porque quita el miedo cuando sale un toro complicado. Antes, como te he dicho, parábamos a los toros de salida pero eso ha cambiado. El exceso de peso y de kilos no vale para nada.
¿Que le pareció a usted que la cuadrilla de Javier Castaño diera la vuelta al ruedo en Madrid?
Fenomenal, son grandes banderilleros. Yo había visto a Vito, Faroles… picadores hacer que la gente saliera feliz en una tarde mala. No quiero que eso se pierda, eso es ser torero. Hay grandísimos banderilleros que pueden hacer que la gente salga feliz cuando la corrida no es buena.
El matador es el jefe, los demás son colaboradores. No podemos nunca pretender sobrepasar el límite. Ellos son figuras y lo son por algo. Nosotros colaboramos pero por encima siempre está el matador.
Se nos ha valorado toda la vida. Una corrida mala, con un buen banderillero o con un picador, puede ser menos mala y la gente salir feliz por ellos.
Usted siempre tuvo fama de tener muy buen ojo de cara a los toros
A medida que fui adquiriendo experiencia, consejos de Don Pablo Lozano, fui cogiendo conocimientos y acertaba. Las figuras siempre me han considerado y respetado por ello, acertaba. Los banderilleros de antes casi no hablaban, yo sí y me hacían caso.
En Pozoblanco, llegamos diez minutos más tarde de la hora del sorteo porque veníamos de torear de otra plaza. Yo dije que el toro tenía cara de asesino.
Se retiró cuando siempre anunció, a los 55 años, ¿por qué a esa edad?
Por vergüenza torera, me lo tenía propuesto. He sido un grandioso banderillero pero la edad no perdona y si no se podían hacer las cosas de la misma forma que antes, mejor me retiro.
El torero no duda en señalar a Carretero como el mejor ahora dentro de los mejores y a Cigarrón como el toro de su vida. Pasamos a su faceta de apoderado.
Me llamó Ortega Cano y me dijo «cómo eres la persona más honesta que he tenido a mi lado, te quiero como mi apoderado». Ahí empezó todo.
En su labor de presidente de la unión tuvo disputas con los empresarios, ¿cómo se toman su paso a los despachos?
Fenomenal. Siempre me han tratado con categoría.
¿Han cambiado los valores?
Totalmente. Hoy hay un monopolio en el que los apoderados que hemos llevado a figuras están desapareciendo.
No, esto no es bueno para los toreros. Deben tener a su lado a personas que les defiendan pero independientes. Yo no he visto en mi vida a una empresa que lleve cinco toreros. Yo estoy con Pérez Mota ahora pero apoderados como Segura se retiran porque no se sienten satisfechos. El torero que funciona acaba buscando empresa.
Sí, deben pensar en quién defiende sus derechos. Cuando usted tiene la capacidad de ser figura busque a quién le pueda defender mejor sus derechos.
¿Qué opina de la prensa?
Antes era más seria, más defensora de los derechos. Zabala era un ejemplo, o el del País, que denunciaban cosas injustas y hoy está dormida. Los taurinos cometimos errores y la prensa debe denunciar la manipulación.
Deben tener libertad máxima, ser honestos y denunciar las cosas que estén mal en el toreo para rectificar. Es importantísima y quitando a Zabala no existe. Deben denunciar que las figuras hacen carteles, que no dejan paso a los nuevos… Cuando se torean toros afeitados que lo denuncien. Lo he denunciado yo siendo figura. Hay que ser serio y el más importante es el toro, debe salir en puntas.
Sí, porque defiende lo mismo que yo pero los periodistas deben dar el do pecho para que la fiesta sea respetable.
¿Qué parte corresponde a los taurinos en esta necesidad de cambio?
Debe hacer autocrítica. Se han dejado de dar 700 corridas y no se debe bajar la guardia (nos tienen fritos a impuestos). Tenemos que ayudar e implicarnos rectificando lo que hemos hecho mal y luchar contra los enemigos que tenemos en Ayuntamientos y Podemos. Vamos a ponernos todos de acuerdo y el que quiera fiesta que la pague. No puede ser que haya matadores que paguen.
Y tengo que darles la razón. Muchas veces es una barbaridad. En la plaza de primera se puede cobrar el doble pero en los pueblos como Yuncos, Bargas o Añover no se puede porque la gente no entra. Y sin subvención ya… Es imposible así dar toros y por eso hemos bajado 700.
En esas circunstancias o no toros o túnel
El túnel no vale. He sido novillero y me compraba mis capotes, mis muletas y pagaba a mis cuadrillas. No me quedaba nada pero pagaba a todo el mundo. Los impuestos son imposibles de subsanar. Una corrida en Yuncos cuesta 55000 euros y entran 500 personas. Yo hablo con Galindo (UNPBE) y le digo que si hay que cobrar 400 en vez de 800 que lo cobremos pero que nos bajen los impuestos. El túnel no, hace un daño tremendo y el toreo es grandeza.
No tiene nada que ver a mi época. Es más noble, dócil que nunca y eso no me gusta. No me gusta que sea tan bueno y a veces no hay ni que picarle. La gente paga por ver riesgo y quiere un toro con dos cojones. El toro de 580kg es una barbaridad. En San Isidro de 180 embisten 10 y antes 130. Era mas chico pero con más raza y se lo digo a mis amigos ganaderos. El toro con cojones es el alma de la fiesta y si la gente no pasa miedo, esto no vale para nada.
Yo quiero un toro que sea fiero para que esté el que valga. El ganadero ha bajado la guardia, es el toro que exigen las figuras. Antes exigían eran las más bravas como hacían Ángel Teruel o Gregorio. Se medían con esas y así se producía una escabechina de toreros. El que valía, valía.