José Mari Sevilla le entrega una foto-recuerdo a D. Jesús Baquerizo.
Es una instantánea en la plaza de toros de Pamplona en los sanfermines de 1960 y en ella se ve al propietario de la ganaderia Sr.Aristraín con un grupo de amigos taurinos en la barrera del tendido de sombra.
De esta foto quiero resaltar un detalle personal.
Entre otros, los «amigos taurinos» son, el torero Antonio Ordóñez (en medio y de blanco) y a su derecha se aprecia al critico taurino Alfonso Navalón (ambos fallecidos).
Once años después, en la feria de 1971 y por motivos «vete tú a saber» no eran tan amigos, el torero toreaba una corrida del ganadero de «casa» D. Cesar Moreno, ya era el ocaso del diestro y Alfonso Navalón creo que en el mismo sitio «mas o menos» increpaba de pie al torero, diciéndole a voz en grito que lo que estaba toreando era un poco menos que un gato.
Antonio Ordóñez le miraba desde el ruedo y un momento dado le ofreció la muleta y estoque diciéndole » baja….toma…….». La reacción del crítico fue rápida…, paso la pierna por la sirga y a caballo a punto estuvo de saltar al ruedo…., fue rescatado por los vecinos de localidad y lo pudieron retirar.
Yo, entoces «mozo peña» era testigo de la escena y ademas por otros motivos conocia perfectamente al protagonista. Este tipo de recuerdos son de los que aunque el «primo alemán» quiera, son imposibles de borrar.
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Bonita sobremesa en el Restaurante «El Mesón Taurino» de Las Pajosas.
Por la izda. El hijo del «veedor de toros El Titi», El aficionado «Practico» Alfredo Perez, nuestro Presidente Juan Ganuza, El Torero Tomas Campuzano, ahora apoderado de Agustín de Espartinas (entre los dos, el homenajeado Jesús Baquerizo) y dos amigos locales.
Anteriormente se había celebrado una tienta de cuatro eralas y la hicieron el mencionado Agustín de Espartinas y un «chavea» de 14 años, futuro torero que se llama, Juan Pedro Garcia y conocido por «Calerito» muy puesto para la poca edad que tiene.
Con la última vaca se invito a los presentes a probar suerte y lo hicieron por este orden los socios Alfredo Perez y Fernando Cirauqui, que dejaron el pabellon bien alto.