A los regidores del otrora pueblo de Burlada, hogaño municipio populoso, les ha pillau la vaca. Cada época tiene sus monstruos, sus hipocresías y sus gozos. En nuestro año del Señor de 2018, nobles e ilustres ayuntamientos navarros renuncian al “ordeno y mando” y organizan referéndums entre el pueblo soberano. En nuestro humilde Club Taurino ignoramos por qué el ejercicio de la más pura democracia ateniense sólo se verifica para juzgar a vida o muerte a los festejos taurinos populares. El camino de la coherencia moral obliga a los responsables de estas consultas a seguir este modus operandi con asuntos más trascendentes de su gestión pública.
En Burlada, los porcentajes resultantes han estado ajustados en grado máximo, con un fronterizo 51% favorable a la gran familia taurina. La participación ha sido muy escasa (el 11’2% del censo), análoga a los referéndum anteriores de Barañáin (10’6%), Huarte (11’2%), y Noain (15’5%). Datos obligados para la reflexión sobre este tema.
Desde nuestro Club Taurino felicitamos a todos los aficionados y burladeses con sentido común por la supervivencia de nuestra fiesta tradicional, superior en casi todos los órdenes a otras alternativas lúdicas contemporáneas.
¡Hasta el referéndum todo es toro!
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