La polémica de los colores en el traje de torear.
Últimamente y durante las retransmisiones taurinas, ahora en concreto de la Feria de Fallas, surge la polémica entre algunos de los aficionados que nos reunimos en él club para ver las mismas, con el tema de los colores del traje de torear que cada día lucen los toreros participantes en el festejo.
Vaya por delante que no soy ningún experto ni tampoco voy a pontificar sobre el tema, pero sí que a través de los años algo se me ha quedado en la retina con respecto al tema en cuestión, vamos con algunos de los colores a los que como creo que ya sabéis se les dan unos nombres vamos a decir que curiosos.
De la gama del negro, al que nunca se le llama de esa manera encontramos dos acepciones: azabache y catafalco, el supersticioso amarillo, el color prohibitivo de los toreros, tenemos formas algo rebuscadas para nunca nombrarlo como: caña, canela, vainilla, mostaza, barquillo, avellana, ocre, canario, paja, oro viejo, limón, crema y champán. En la gama de los rojos, encontramos él guinda, pimentón, grana, caldero, burdeos, rioja, carmesí, grosella, Corinto, Siena, Sangre de toro.
En los azules están el Purísima, turquesa, Prusia, celeste, pastel, pavo, Habana, Marbella, nazareno, azafata azulina, añil, turquí, azul noche, ultramar, cobalto, eléctrico, y el más común el marino.
Del rosa tenemos él frambuesa, grosella, fucsia, violeta, carmín, fresa, salmón, y el rosa palo.
De los verdes, el esmeralda, botella, manzana, lago, oliva, pistacho, espuma de mar, Esperanza, Nilo, campo, bandera, mostaza, verdegay.
Los grises, el perla, ceniza, tórtola, plomo, gris topo.
Los marrones, el tabaco, tabaco rubio y el carmelita en referencia al hábito de los monjes y tenemos también lo colores de tinte religiosos como: cardenal y obispo (dentro de la gama de los azules)
Está claro que un sastre de toreros me diría que me he dejado muchos por nombrar, pero solo he querido dar una idea de la amplísima gama de colores y sus nombres dentro del ambiente taurino, no obstante espero que ese momento en el que surge la polémica de si el torero va de un color o de otro, no se pierda pues se pueden llamar a los colores como nos venga en gana dado el gran abanico de posibilidades que nos da cada color base , pues siempre es divertida la disparidad de los criterios sobre el color que luce cada uno de los toreros que vemos cada tarde.