Desde el Club Taurino de Pamplona nos unimos a la familia de Don Victorino Martín en el tiempo de su fallecimiento. El afamado ganadero madrileño ha concluido una vida plena y su nombre se traslada, con todo merecimiento, a los anales de la Fiesta.
El “paleto de Galapagar” ha sido un ejemplo máximo del “sueño español” de la tauromaquia, esta raíz histórica que es capaz de catapultar hasta lo más alto al más humilde de sus aficionados. En los arenales más populares del Madrid profundo se inició la carrera de este ganadero que, camada a camada y año tras año, supo crear un nuevo encaste Albaserrada que ya es histórico: los “victorinos”.
Lo cortés no quita lo valiente y en nuestro Club no silenciamos el hecho de que, la creación de su arrolladora órbita en la galaxia taurina, le hizo tomar la decisión de enemistarse con la Feria del Toro de Pamplona. Esta imperfección quedó sellada tras el anuncio estelar de su divisa en Pamplona en el trienio 2005-7 y la decepción rotunda ganadera que tuvo lugar. Otro orden es la dimensión humana, en la que desde nuestra entidad podemos dar fe de la exquisitez de su trato personal; atributo que se ha trasladado a su hijo y sucesor.
Sin duda, debe reafirmarse que su figura cautivadora ha liderado la cabaña brava de nuestra época.
Ahora comienza su leyenda.